Ir al contenido principal

Entradas

Sobre el mundo, los mundos y el colapso // Mundo I

Es conocido por el Comité Invisible, a rebufo de Deleuze, que la existencia, los flujos, las potencialidades y demás fuerzas conforman no solo uno, sino muchos mundos. El capitalismo se podría definir como un vacío que infecta cada uno de estos mundos y sirve como mediador entre estos. Esferas que se rozan, que se tocan, que se yuxtaponen, conforman lo que vemos: un collage poderoso. El mundo, desde la etología de Deleuze y Guattari, refiere a esa maquinaria deseante que se empalma, se conecta y transfiere flujos de aquí para allí siguiendo cierta estructura simbólica e imaginaria. Concebido así el mundo, ¿cuál es nuestro encuentro con éste? Si tomamos en consideración lo que señala Lacan sobre la inexistencia del Otro, podemos sentir que no hay nada escrito, que no hay leyes sino representantes, que no hay hijos más que los nombrados, que ni siquiera La Familia escapa de un origen mítico (¿cuándo empieza la familia a serlo? ¿no hay otras formas de hablar? ¿otras laminillas, acompaña...
Entradas recientes

Casada con esto

  Pienso en esa frase, “estoy casada con esto”. Se refiere, al menos por el contexto, a un empleo, aquello que parece vocacional y cuyo ejercicio no sólo permite desarrollar una intrincada narrativa personalista en la que hace del hobby un trabajo, sino que, sin percatarse mucho, hace de un hobby su trabajo . ¿Qué supone estar casado/a con esto? Me recuerda, inevitablemente, a esos bodorrios en los que, por mero interés monárquico, el rey desposa a su hija, una princesa, con aquel que éste considera una alianza de sangre que permitirá el progreso y así la historia de su legado. El peso de “hacer historia” para los reyes, los del trono y cetro, pareciera tornarse algo extravagante en pleno individualismo hiperconsumista del capitalismo neoliberal de esta nuestra época. ¿Qué supone estar casado/a con esto? Esos casamientos por conveniencia, a fin de cuentas, ¿no son acaso realizados a punta de pistola de una fantasía fatalista? ¿No es acaso el vacío de un hueco claustrofóbico al qu...
Me piden que agregue un nuevo futuro, pero no un futuro cualquiera sino uno que venga de algún lado. De hecho, me puse a pensar, ¿acaso puede haber un futuro, una extensión, sin partir de algo? Es raro. Es raro aquel  post , aquello que supera, trasciende, deja atrás, etc., a aquello que ya parece mostrar sus inconsistencias salvaguardadas con  patchwork  o  demasiada pasión por lo suyo  como rezaba esa serie de sketches de Muchachada Nui. ¿Qué quiere este  post ? ¿Para qué uno  nuevo , uno  brand new ? Los hijos, ¿realmente son mejores que los padres o una versión más neurótica de lo heredado? ¿Qué quiero decir con esto? Varios casos he leído y escuchado de psicoanalistas, directos de consulta o indirectos de teatro, literatura y música, que señalan un  impas e. ¿Un  impase ? Si, un parón, una sequía, una estadía, una quietud, etc… No por ello me refiero a un inmovilismo, sino más bien a una  tontería muy suya , una  pasión de...

ROAD TO NOWHERE

  Partimos de las nueve de la tarde, una tarde de otoño. -¡Joder! ¿Por qué cojones hace tanto frío en esta casa? -La luz está carísima. Ponte un abrigo. -Pero, si estamos en una casa, en un hogar, ¿dónde cojones está el sentimiento caluroso? -Poniéndote el abrigo como yo lo tengo puesto. No iban a ningún lado. Pensaban que todo a su alrededor palidecería de un momento para otro. La factura de la luz, del agua, los impuestos, el alquiler. Los caprichos cobraban la fuerza que les pertenecía nominalmente. Al final, cada uno compartía los momentos del día mínimos. Comer, cenar, y si coincidían las horas, desayunar. Lamentablemente ciertas partes de la certeza empezaron a desmoronarse. No sabríamos indicarles con certeza, pero sólo pasada la juventud de los niños de los 80’ hasta nuestros días nos hemos percatado de un cierto comunismo perdido que emerge con pequeños gestos cotidianos. No, descuiden, no nos referimos a esos abrigos por una abusiva factura. A lo que nos refer...

Buenas noches...

I don't usually write a note for the end of the year. In fact, I used to spend the mornings of this day thinking about what I would do at night, creating representations of what could happen or simply invading my body of memories. I have, as it were, memories in the bedroom. Today, this morning, I woke up without thinking much, but I felt the magazine full. I feel that a tear, no matter how shy it drowns in my eye, will start a faint river down my cheeks. I remember and it hurts. I guess it's normal. In fact, what one is cured of in psychoanalysis is the disease of remembering. But this is different. I treasure the love that was in those days. I fondly long for those hours of preparation, the heat at the end of the year, the laughter in another shared language and thoughts of other common ones. A little chilly, but nothing hotter than vegetables roasted on a Chinese grill. Rare mixtures between east and west that unfold, thanks to love, for each of our senses. Flows of affectio...

Night Night...

No suelo escribir una nota para fin de año. De hecho, solía pasarme las mañanas de este día pensando que haría a la noche, creando representaciones de lo que podría llegar a suceder o simplemente invadiendo mi cuerpo de memorias. Tengo, por así decirlo, memorias en la recamara. Hoy, esta mañana, me levanté sin pensarlo mucho, pero sentía el cargador lleno. Presiento que una lágrima, por muy tímida que se ahogue en mi lagrimal dará comienzo a un tenue río por mis mejillas. Recuerdo y me duele. Supongo que es normal. De hecho, de lo que se cura uno en psicoanálisis es de la enfermedad de recordar. Pero esto es distinto. Atesoro el amor que hubo en esos días. Añoro con cariño esas horas de preparativos, el calor en pleno fin de año, las risas en otro idioma compartido y pensamientos de otros comunes. Un poco de frío, pero nada más caliente que unas verduras asadas en una parrilla china. Mezclas raras entre oriente y occidente que se despliegan, gracias al amor, por cada uno de nuestro...

Sobre el interés: o por qué no sé para qué me he estado levantado este mes

Abro los ojos en mitad de la madrugada. Los ojos enrarecidos como de costumbre, no dan tregua. Los pensamientos tampoco. Agarro el móvil para comprobar si mi reloj interno está adelantado o atrasado. La luz de éste me ciega, me produce un escozor. Cae una lágrima. Las 6:07am. Lo apago y me vuelvo a acomodar sobre el cojín. Pensamientos no cesan de venir. Algo los motiva. Un piloto automático de goce. Un blablablá que no parece tener fin. Siento que ya está, ya me levanté, ya no hay vuelta atrás. Vuelvo a por el móvil y me pongo a mirar redes sociales. Pongo un podcast de una radio argentina. Dejo el móvil recostado a mi lado. La luz de la pantalla ilumina un poco del cuarto. Se filtra por la cortina una tímida luminiscencia matinal, cutre. Prefiero cerrar los ojos. Ahí va, un torrente de palabras con acento de casa corriendo como la pólvora hacia un lugar que no me interesa. Interludio hasta que vuelva a dormirme. Ojalá pueda. Ojalá pueda volver a no estar y no sentir la urgencia de ...