era de noche. la luz era tenue y callejera. la suciedad parecía moverse con el tiempo más que con el aire que soplaba tonto y cargado de cápsulas congeladas. allí estaba con ella. en mitad de la nada, rodeados de sombras, oscuros, con un halo amarillo de farola enrejillado por las hojas de las copas de los árboles. la miraba sin mirarla. estaba enamorado. la buscaba en sus pupilas, pero solo veía el ansia viva porque lo hiciera ya. un libro de “escoge tu aventura” se abrió ante mí. páginas en blanco corrían con ese mismo viento, tonto, eufórico por el triunfo momentáneo, la salida de la carestía afectiva, el abandono directo, espontáneo, de los medios de subsistencia psíquica. por fin podía volver a ser. por fin podía volver a existir. es extraño, pero, ¿se han dado cuenta de lo mucho que dependemos del sentido? pasaron los días, la realidad se había convertido en sueño. vivía extracorpóreo. algo en mí disfrutaba mientras relataba lo que esa verdad, única para mis escuchas in...
En este blog describiré a través de párrafos de longitud indefinida la temporalidad de las afecciones que acontecen en mi. Sumergido en la cotidianeidad de las palabras de que estamos hechos lanzaré caricias y puñetazos por igual a aquellos espectros erógenos que relampaguean desde el estremecimiento del islote.