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Sube la marea


Sube la marea, distorsiona mi visión de la realidad, la nausea se apodera de la carne, pájaros encerrados en mi cabeza, pretenden volar pero el muro es grueso y espeso. Luz solar penetra el agua he ilumina bellos corales de locura brillante, diamantes en bruto que me hacen especular, divagar en un mar de hilos sin fin, pero con principio, el principio atractivo y seductor de lo desconocido. Remueven las entrañas ondas magnéticas oscuras, cargadas con erotismo que violentan mi cuerpo, vibraron mis brazos las piernas descosidas frente a la luz hipnotizante de la colosal luna que se presenta sin aviso mientras enredado en promesas me distrae por unos instantes, efímeros y eternos recuerdos que se graban en un yelmo de batalla. Dame esa luz misteriosa, la deseo ahora que por el recuerdo anhelante hago estragos en mi cuerpo, la nausea se fue por la locura a lo desconocido, nuevo, cosas nuevas por aceptar y sabiduría por guardar. 

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